Chronica, Vol. 2, Núm. 2, enero-diciembre 2023, ISSN 2953-3376, pp. 142-147

 

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Diálogo con Eduardo Zatti*

 

Entrevista por Luciana Caprini

Equipo de Comunicación Inspectorial ARN

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Entrevistadora

Cuéntenos su vínculo con San Zatti.

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Voy a decir que la primera noticia que tuve de Artémides, nuestro tío abuelo, fue cuando falleció en el 51. Mi hermano mayor me llevaba a la escuela. Yo tenía nueve años y él me contó: “Falleció un tío en el sur”. ¿En Bahía Blanca? “No, Viedma”, me contestó.

Y al poco tiempo, no había pasado ni un año, el padre Raúl Entraigas –que hizo la primera vida del Beato Artemio– mandó una carta a casa en donde estaba mi abuela, que era cuñada de Artémides. Y entonces en esa carta le pedía datos referentes a su vida antes de ser salesiano. En esa oportunidad, yo era chico, pero recuerdo que mi abuela y mi tía hablaban de “Y le vamos a decir esto… Contale que fue siempre muy alegre, piadoso y trabajador”. Y esa frase, tal cual mi abuela se lo decía a mi tía, es la que el padre Raúl puso en uno de los capítulos de la Vida de Artémides. Por lo tanto, yo también siempre estuve vinculado con los salesianos: mi padre fue exalumno salesiano, mi mamá estudió también con las hijas de María Auxiliadora. Y me dio todas las órdenes sagradas, Monseñor Miguel Raspanti, Salesiano.

 

Entrevistadora

¿Conociste a Artémides?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

No lo llegué a conocer, porque cuando él murió en Viedma yo estaba en Córdoba. Imposible ¿no?

 

Entrevistadora

Y a partir de que fallece, ¿empezaste a escuchar sobre su nombre?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Exactamente. Sí, sí.

 

Entrevistadora

¿Y qué decía tu familia sobre él? ¿Cómo le dicen?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

En nuestra familia se le decía muy cariñosamente el tío “Giocca” porque él es Artémides Joaquín Desiderio María Zatti. Pero el nombre de Joaquín, diciéndolo Giocca era como decir “Joaquincito” ¿no? Entonces en la familia era conocido como el tío Giocca. Y bueno, la verdad es que cuando el padre Entraigas escribió ese primer libro, ya en el año 53, yo tenía diez años, lo compramos en casa. Empezamos a leerlo, a interesarnos, sin pensar que iba a llegar a Beato y a Santo. Además, no solamente se hablaba de Artémides, sino que también se hablaba de otra biografía de un estudiante escolar de los salesianos en La Plata, que fue muy imitador de Santo Domingo Savio, que se llamó Alberto Jorge Irisarri. Pero, bueno, después no se siguió en el estudio de su vida el proceso de beatificación, pero era un ideal muy hermoso para los chicos, adolescentes y jóvenes. Estoy hablando de la década del 60, del 50. Sí.

 

Entrevistadora

Entonces, la familia empezó a leer esto que vos contás… Interesarse con tus hermanos, con tus primos. ¿Verdad?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Por eso en casa siempre se habló de este tío famoso. Teníamos una tía, o sea, sobrina directa de Artémides, que era hija de María Auxiliadora. Nosotros en casa le decíamos “Mariquita” es María Elisa Zatti. Ella tuvo mucha correspondencia y también estuvo personalmente conociéndolo a Don Artémides. Visitaba nuestra casa cada tanto, de manera que, en el trato con ella, nos contaba, por supuesto, mucho del tío.

 

Entrevistadora

Entonces, veníamos hablando de que tu tía Mariquita se escribía mucho con Artémides, ¿verdad?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Sí, efectivamente, porque ella casi nunca estuvo en Viedma, donde vivía Artémides, pero bueno, estuvo en muchas casas del sur. Bahía Blanca, más otros lugares del sur que no me acuerdo en este momento. Entonces, cuando no podía visitarlo personalmente, él escribía cartas.

 

Entrevistadora

¿Y vos leíste esas cartas?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Sí, sí, por supuesto. Tenemos una carta también del tío Artémides, que la consiguió mi hermano mayor, ya fallecido, y bueno, nos mostraba. Le dio una fotocopia a un salesiano que se lo había pedido, Padre Hector Martín.

Yo estuve en contacto, también, con otros parientes de Buenos Aires, que son los Reggiani. Todos los Reggianis son parientes sobrinos directos, porque una hermana de Artémides, que se llamaba Ildegarda, se casó con un señor Reggiani, y tuvieron ocho hijos, dos sacerdotes, también, Dioscesanos, Padre Carlos Reggiani, Padre Osvaldo Reggiani.

Monseñor Hesayne, en Viedma, inicia lo que se llama el proceso Diocesano, del proceso de beatificación y canonización, en marzo de 1980, no me acuerdo la fecha exacta. Entonces yo fui con casi todos los religiosos que estaban en Buenos Aires a participar. Y ahí, Monseñor Hesayne tuvo una linda homilía, en la que contó cómo le había respondido un chico a su pregunta de qué era para él un santo. Y en esa iglesia de Viedma, la catedral donde se inició el proceso, había muchos vitrales con representaciones de santos. Entonces, este chico le dijo: “un santo es aquel que hace pasar la luz de Dios y miraba los vitrales”. Entonces, el obispo hizo todo un desarrollo de ese tema, de cómo realmente un santo es aquel, como Artémides, que hace pasar la luz de Dios por su vida; ilumina a otras personas. Por eso se dice que en la vida de Artémides, que estuvo trabajando en el hospital con tanta gente religiosa, que antes se denominaban ateos. Y esos que se decían ateos –yo dije– la verdad que, mirándolo a Don Artémides, uno empieza a creer, deja de ser ateo.

Fue en el marco del inicio del proceso diocesano de beatificación, que se comenzó en la catedral de Viedma, porque tiene que ser en el lugar donde el candidato para beatificación muere. Él murió en Viedma, ¿no es cierto? El atendía el hospital de Viedma y también todos los enfermos de Carmen de Patagones, que está ahí cerquita, pasando un puente.

 

Entrevistadora

Y vos como religioso, ¿pensás que la familia realmente comprendía la vocación de Artémides? ¿Cómo les explicaban a ustedes que el tío Giocca era salesiano coadjutor?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Sinceramente, no había en nuestra familia, por lo menos directa, una idea de que iba a ser beato, santo. Sabíamos que era muy famoso por su bondad… En fin, la tía Mariquita, nuestra tía, le decía Santo Tío, pero era una expresión, por supuesto, familiar. Pero de ahí a pensar que se comentara entre nosotros que iba a ser Beato, Santo, no, sinceramente no, yo no lo escuché por lo menos. Pero después, cuando tenemos la noticia de que se iba a iniciar el proceso, porque en la conferencia episcopal de los obispos en Argentina, alrededor de 1976, fue cuando varios obispos Salesianos presentan esa moción de que puede iniciarse la causa de beatificación y es aceptado. Entonces, recién empieza, pero él había muerto en el 51 y recién en el 80, casi 30 años después, es que se comienza el proceso de beatificación.

 

Entrevistadora

Pero la tía Mariquita le decía Tío Santo… ella lo conocía, sabía quién era él.

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Y él le respondía “no, no, que no iba a ser santo”. No me acuerdo la expresión, pero decía realmente que no le correspondía que dijera eso.

 

Entrevistadora

De la Beatificación de Don Zatti… ¿Cómo llegaste? ¿Qué sentiste?

 

Fray Eduardo Zatti OFM

Bueno, efectivamente, llegué a la Beatificación de esta manera. Estando yo de misionero en Mozambique, al sur de África, donde estuve ocho años y esos ocho años estuve en contacto con los salesianos que están en la capital de Mozambique, en Maputo. Me comentaron que ya estaba próxima la beatificación, que ya de un momento a otro iba a salir la fecha. Y justo entonces, por ese tiempo, me tocaba a mí, después de tres años, volver a Argentina para visitar a mis familiares, mis hermanos. Entonces, le dije al superior de Mozambique en África, que podía, antes de ir a Argentina, pasar por Roma para la beatificación del tío. Y me dijo: “Pero ¿cómo no? ¿Cómo no?” Un tío beato, para él era una gran alegría también.

Así que participé con mucha alegría y me encontré sin saber nada, con toda una familia también de Zatti, que eran los de La Plata, parientes nuestros. También él era sobrino nieto, el papá de él era sobrino directo, porque viene a ser hijo de Herminio, uno de los hermanos de Artémides. De manera que él fue con toda la familia a la Beatificación.

 



* Perteneciente a la serie de entrevistas realizadas a dos sobrinos de San Zatti durante julio de 2022, previo a su canonización.